Ana Karina Santos.- Coloridos, sublimes, impactantes a la vista, con efectos tridimensionales que hacen recordar los vitrales de grandes catedrales, se perciben las obras de arte creadas por la pintora venezolana Migdalia Ávila.
Como ella misma lo expresa, la pintura representa esa búsqueda espiritual, esa conexión con la esencia y la divinidad. Por ello cada pieza, se encuentra cargada de sentimientos y pasiones, en las que denota que cada trazo, está impregnado de energía renovada para caracterizar cada imagen religiosa, que es capaz de traspasar fronteras, ya que la divinidad está presente en diversas culturas.
Esta artista plástico, forma parte de los talentos de la Galería Artout Caminito, que se encarga de visibilizar a los emergentes que sin importar las latitudes, pueden compartir sus obras con el mundo entero.
La pieza “Coromoto y el Niño”, elaborado en el año 2015, es un cuadro de 90 por 100 centímetros elaborado sobre tela con técnicas mixtas, para recrear la escena de la aparición de una advocación de la Virgen María, que hizo aparición en Guanare estado Portuguesa y que es venerada como la Patrona de Venezuela, los rasgos de la pintura, reflejan la visión de la artista de esa Virgen que apareció ante la tribu de los indios Cospes y que tanto ella como su hijo en brazos, son imagen y semejanza de la población indígena, una obra excelsa, sutil y de gran simbolismo, como todas las pinturas de Migdalia Ávila, quien día a día, traspasa fronteras con sus creaciones.
