Ana Karina Santos. Imaginativa, sensible, en busca de nuevas formas de expresar emociones físicas y espirituales en sus piezas de arte, la artista plástico italo-venezolana Franca Carmela Iannarella, promueve su trabajo a través de su cuenta de Instagram @franckarmela con el fin de conectar con personas afines a sus talentos.
Sobre sus talentos, revela que la inspiración y deseos de pintar le llegaron siendo muy niña: “Inicié desde pequeña. Siempre mantuve el hábito de dibujar, y fui alimentándolo y complementándolo con técnicas teóricas y también prácticas de dibujo y pintura, que iba aprendiendo, sobre todo por mi cuenta. Mi dedicación al estudio de la filosofía del arte me inspiró a amar y respetar mucho más la creación artística”.
Sobre sus motivos de inspiración o la musa que enciende su creatividad, resalta que surge de la naturaleza, las fotografías, la figura humana y en general, cualquier objeto que capte su atención, con su belleza de forma y color. “Detrás de todo esto siempre hay algo metafísico, y es en lo que yo me inspiro, en última instancia: en la fuente de todas estas bellas formas”, destacó Franca.
Iannarella utiliza técnicas mixtas y diversos materiales para realizar sus collages y sus obras en general, resalta el uso del lápiz, pintura al frío, acuarela, tinta china, tiza pastel, carboncillo, creyones, marcadores.
Para esta creativa artista el arte es. “una gran fuente de conexión con la espiritualidad, porque la creación artística es una suerte de meditación, que me conecta con las dimensiones más sutiles o invisibles; es decir, con el mundo que no es material. Y a su vez, la materialidad del arte es un vehículo de expresión de mis experiencias metafísicas, que contribuye a que las personas puedan entrar en esta comunión espiritual”.
Con esta nueva incursión en las redes sociales para darse a conocer y conectarse con su público, Franca espera dejar una huella positiva que impulse a otros a perseguir sus metas: “Quiero dejar, en general, el mensaje de que podemos lograr cualquier cosa que deseemos lograr. Pero cada obra tiene su alma, y por lo tanto, lleva su mensaje o mensajes particulares. Pero al final, la obra y su mensaje son de quien las observa, por lo que solo deseo llegar a los espectadores, mediante mis obras, para que ellos las hagan suyas, y obtengan, de ellas, un mensaje personal que es, en el fondo, intransferible, porque cada experiencia estética es privada: no podemos expresar una experiencia estética con palabras, por más que nos esforcemos en describirla. Simplemente, se vive la obra, se siente”, puntualizó.