Ana Karina Santos. Para la artista plástica emergente Magali Camarda, las obras de arte constituyen la posibilidad de conectarse con mundo mágicos y universos paralelos donde todo es posible, gracias a su imaginación.
En cada una de sus obras, se sumerge en el imaginario de la belleza y sutileza de las formas para contar historias.
Con tan sólo 22 años de edad y cursando la carrera de diseño gráfico en la UBA, se destaca como ilustradora amateur.
Recuerda que para ella la pasión por dibujar nació justo en el momento en el que comenzó a sostener un lápiz. “siempre amé los mundos donde existe la magia y la aventura, y en una hoja en blanco encontré la libertad para imaginar sin límites. Me apasiona dibujar personas, siempre fue lo que más disfruté”, destaca.
Por ello crea personajes, historias, personalidades y en cada obra, cada figura tiene sus rasgos y carácter, en sus piezas es fácil adentrarse a descubrir cómo siente y qué piensa cada personaje salido de la imaginación de Camarda.
Manifiesta ser fiel amante de los dibujos a lápiz, pero en la pintura digital encontró la solución a la ansiedad y temor al error.
Técnica infalible
En tal sentido combina ambas técnicas. “Boceto y delineo a lápiz y marcador, luego digitalizo y doy color, sombras y luces”. Su paleta se distingue por el uso de colores vivos. El diseño gráfico le apasiona pues le permite crear algo estéticamente bello y a su vez ofrece un mensaje concreto.
Con el apoyo de la Galería Artout Caminito, apuesta a la transformación de la sociedad a través de la cultura, utilizando el diseño y la comunicación para construir una sociedad más justa e inclusiva.
Por otra parte, menciona que los mundos mágicos que recrea no son una válvula de escape, sino un viaje al lugar donde puede hallarse la solución a los problemas, consolidando un mundo mejor.
