La lágrima de la tarde
vestida de cristal y de silencio
escucha en su caída
el tenebroso silbido de los pinos
Un sonido imperceptible
traza la húmeda sombra
del dolor de aquella lágrima
en el hondo precipicio
del palabreo de las piedras
A lo lejos
detrás de la voz de los silencios
el chirriar de las chicharras
acompaña la danza
de la caída de las hojas
El silencio de unos ojos
contempla el duro caer
de aquella lágrima
y un temblor de sal y vidrio
hiere el balcón de su mirar
Una lágrima
inicia el llanto de la tarde
y calla el silbido de los pinos
y el crujir de la hojarasca
Una lágrima
revienta el murmullo de su sombra
y las voces de las piedras
pronuncian
entre gemidos de penumbras
las exequias de la tarde
Una lágrima
de cristal y de silencio
yace en medio de los pinos
de la hojarasca y de las piedras
Una lágrima
gime
en el dolor de las penumbras
Una lágrima
de penas y silencios.