Ana Karna Santos. La artista plástico, curadora, diseñadora y realizadora audiovisual Geneth Bizot, se estrena en los espacios de la sala 6 del Museo Arturo Michelena en la ciudad de Caracas- Venezuela, con su exclusiva muestra artística “Ciudad Metafóricas”, la cual fue inaugurada el jueves 9 de diciembre y que estará disponible hasta el mes de marzo de 2022 para el disfrute de los amantes de las artes.
En cada una de las 32 piezas exhibidas Bizot deja entrever su esencia como artista y su forma de conceptualizar de una manera poética la ciudad que vive y palpita en cada uno de sus trazos. Ella es sin duda alguna uno de estos talentos emergentes en Venezuela que empodera al género y se suma a la nueva oleada de artistas jóvenes que conquistan espacios a nivel nacional e internacional.
Las piezas creadas para eSta instalación datan del 2018 y forman parte de la propuesta artística que revela el sello personal de la artista que desde hace más de 11 años recorre los caminos de la creatividad y la innovación a través de las artes. Para conocer un poco más de su propuesta pueden seguirla a través de: @genethbizot.
Compartimos además las palabras del comunicador y realizador audiovisual y curador de esta muestra Carlos Matute Ron @elmatoots13, quien expresa cabalmente la narrativa de estas obras de Bizot:
En esta serie pictórica, la artista plástico Geneth Bizot nos devela, desde su mirada subjetiva, una ciudad que ahonda en esos espacios otros que existen al margen de lo que conocemos como lógica urbana, y donde cohabitan distintas formas o heterotopías de una geometría arquetipada en las instancias de control social.
Desde ahí, Bizot transforma la ciudad, retratándola como posibilidad de un no lugar: contra-espacio a ese código político que nos legó la ilustración y que ha hecho de la urbe un ornamento para la distribución, nada igualitaria, de las clases sociales.
La ciudad es entonces demarcación del poder: destruir ese viejo signo pasa por redibujarla y asumir o entender que solo desde un contra-espacio puede existir, en efecto, otra dimensionalidad palpable, en la que toda esa arquitectura e ingeniería social podría ser un no lugar para las nuevas utopías del siglo XXI.
Bizot utiliza el óleo y el acrílico principalmente en dos colores (¿acaso las tonalidades de la esencia de la ciudad?), y como vieja alma que ha habitado la tierra, tras su observación, análisis y reflexión, los vuelve obra pictórica para beneplácito del espectador: la artista nos acerca a esa ciudad que ya está agotada, cansada, donde aún existen esos viejos símbolos hegemónicos, herencia colonial de esta nueva etapa del capitalismo (el metaverso, que le dicen desde las postrimerías de las escuelas de economía keynesianas).
Así, nos configura ese no lugar, reinventando el espacio urbano conocido, e incluso, adentrándose en una instancia del análisis filosófico: la búsqueda de una metafísica y una estética, acaso para entender ese ethos que somos (los tres minotauros que transversan el pensamiento venezolano, según José Manuel Briceño Guerrero).
Geneth Bizot entiende que solo transformando el entorno puede hacer llegada el hombre nuevo. Así pues, es necesario observar detenidamente esta obra (¿proto-metaverso?) y seguir los pasos de quien desde el paisajismo abstracto busca transparentar, sí, la atmósfera de la ciudad que habitamos, como posibilidad de un diálogo para las aproximaciones del ser y su tiempo histórico.
