INFANCIA.
Eli Caicedo . Yo era un pájaro sin vuelo.
Todo el mundo
Cabía dentro de mis manos.
Los árboles, las aves,
Las noche y los días
Vivían dentro de mi casa.
Todo los dioses
Y sus cielos invisibles
Estaban escondidos
Dentro de las voces de mis padres.
El universo y sus misterios
Giraban y orbitaban
Dentro del espacio infinito
De los ruidos y olores de la cocina
Y los sabores de las frutas y comidas.
Los miedos y demonios
A veces llegaban a mi casa
Con relámpagos y truenos,
En medio de las penumbras de la noche,
Entre historias de espantos y fantasma
Y los cuentos de las brujas.
Cariñado por el paso de los días,
Descubrí, entre juegos y caricias,
El encanto del nombre de las cosas,
La magia del sabor de las comidas,
La textura y el color de las miradas,
El sonido y las voces del silencio
Y el tibio olor de los abrazos.
Mucho tiempo después,
Supe, sin querer,
De otros nidos como el nuestro;
También, que dios siempre estaba arriba;
Que la muerte vivía enfrente de mi casa
Y que el mundo estaba afuera,
Donde descubrí una bitácora infinita
Con rutas a todos los sitios y lugares,
Entonces me convertí en un pájaro de vuelos y de trinos.
Yo era un pájaro sin vuelo.