Ana Karina Santos.- Los museos son lugares mágicos dignos de visitar, allí se alberga parte de la cultura y tradición de diversas latitudes, destacan aquellos que exhiben antigüedades, otros colecciones, lo que si es cierto es que en el mundo entero, pueden hallarse los museos más extraños y curiosos que el hombre pueda imaginar.
En Barcelona-España, existe el Museo de Carruajes Fúnebres, aunque parece un lugar poco atractivo, allí se exhiben carruajes del siglo XVIII, piezas históricas en los que se transportaron los cuerpos de personajes de la aristocracia.
Un lugar definitivamente delicioso de visitar es el museo del Helado en Boloña, Italia, visitantes podrán conocer la historia de esta delicia, tips para preparar el helado perfecto y el recorrido culmina con la cata de helados, una experiencia definitivamente didáctica y gratificante.
En Zagreb, Croacia, resalta el Museo de las Relaciones Rotas, este centro resultó merecedor del premio Premio Kenneth Hudson Museum como el museo más innovador en el año 2011, la muestra la conforman piezas donadas y que definitivamente forman parte del pasado de una persona.
Para todos los gustos
El Museo del Arte Malo en Sommervile, Estados Unidos, en el se encuentran las obras más horribles concebidas por el ser humano, en sus instalaciones se le hace gala al slogan “Arte demasiado malo para ser ignorado”.
De modo que existen museo para todos los gustos, es decir, los amantes del agua, pueden disfrutar a lo grande visitando el museo subacuático en Cancún, ubicado en la Isla Mujeres, fue inaugurado en el año 2009 y cuenta con 500 esculturas.
En Berlín destaca el museo de los Cuerpos Humanos, muestra compuesta por 20 cuerpos y al menos 200 órganos humanos que sirven para conceptualizar sensaciones y emociones.
En Zugarramurdi en España, el Museo de las Brujas es un lugar donde se les rinde homenaje a las mujeres que perdieron la vida durante la inquisición. Las excentricidades siguen siendo algo que llama la atención, por ello existen museos de orinales, de cabello, de collares de perros, de comidas y un sin fín de piezas que representan interés para los coleccionistas, quienes se esfuerzan para que tales objetos resistan los embates del tiempo.